HISTORIA DE BRETAÑA

 Huyendo de la superpoblación y de las invasiones sajonas, ya en el siglo 3 los bretones abandonan las Islas Británicas para instalarse en Armórica y darle su nombre: Bretaña.Con ellos emigran los primeros santos evangelizadores de Bretaña: San Corentín, San Gwenole, San Ronán, San Pol, San Brieuc.El bretón va suplantando al latín como lengua vehicular.A partir del siglo 7, los francos intentan someter a los bretones.Sin embargo, éstos se niegan a ser vasallos de sus poderosos vecinos y sacuden regularmente el yugo franco.

Fue para apaciguar esas revueltas por lo que en 824, Luis el Piadose nombró a Nominoë, uno de los jefes del Vanetés, duque de Bretaña.Nominoë seguirá leal durante todo el reinado de Luis y actuará como rey independiente desde el advenimiento de su sucesor, Carlos el Calvo, a cuyas tropas vence en Ballon, cerca de Redon, en 845.No se contenta Nominoë con esta victoria: con increible audacia, conquista a Rennes, Nantes y las comarcas de Maine y Anjou.El territorio bretón se extiende así hasta zonas francas donde no se habla bretón.Esta serie de éxitos militares marca el principio de la historia de la Bretaña ducal.Para liberarse más de la tutela franca, Nominoë separa Bretaña del arzobispado de Tours del cual dependía hasta entonces: crea el nuevo arzobispado de Dol , con el propósito de crear una iglesia bretona autónoma, que conserve intactas las costumbres de los bretones.Los sucesores de Nominoë, desde Erispoë* hasta Alan Barbetorte, se empeñarán en defender la independencia del Ducado frente a los francos y los normandos.Durante el reinado de Salaün (857-874), Bretaña se extiende hasta la península del Cotentín y Laval.En 1203, para combatir las ambiciones inglesas, los obispos y los barones bretones eligen duque a un príncipe francés de la casa capeta, Pedro de Dreux, apodado Pedro Mauclerc.Por sus orígenes, se podía temer que Pedro no sirviese más que los exclusivos intereses de Francia.En realidad se esforzó en mantener a Bretaña tan alejada de Francia como de Inglaterra, preservando así la independencia y la prosperidad del Ducado.Él fue quien introdujo en Bretaña el armiño como motivo heráldico.Con él se abre un largo periodo de paz de un siglo, durante el cual Bretaña se afirma como ducado independiente.Hasta 1341, le suceden cuatro duques: Juan I, Juan II, Arturo II y Juan III.Al morir Juan III, estalla la guerra de sucesión entre dos pretendientes a la corona ducal: Juana de Penthièvre, sobrina de Juan III, y Juan de Montfort, hermanastro de Juan III.Por estar Juan de Montfort casado con Juana de Flandes, también se llama este periodo "la guerra de las dos Juanas".Esta guerra civil entre facciones bretonas, en la cual también intervendrían Inglaterra, que apoyaba a los Montfort, y Francia que sostenía a Juana de Penthièvre, duraría 24 años.A pesar del auxilio prestado por Du Guesclin a los Penthièvre, la guerra termina por la victoria de los Montfort, en la batalla de Auray (1364): el Tratado de Guérande (1365) designa a Juan IV -hijo de Juan de Montfort- como nuevo Duque.

La ascensión de los Montfort marca el apogeo de la potencia y la prosperidad bretonas: con sobrada razón se considera el siglo 15 como la Edad de Oro de Bretaña.El Duque es rey en su país, hasta tal punto que Bretaña actúa como Estado independiente, desarrollando sus propias relaciones exteriores y acuñando moneda.El homenaje rendido al rey de Francia tan sólo es homenaje simple, efectuado de pie, con la espada al costado.Se fomentan el comercio, las artes, las letras, la construcción de catedrales; se crea la Universidad de Nantes en 1460.El armiño se vuelve el emblema nacional de Bretaña.

Sin embargo, Carlos VIII no ha renunciado al sueño de los Capetos: someter a Bretaña.En 1487, el ejercito real fracasa en Nantes, pero el 28 de Julio de 1488, las tropas ducales sufren una derrota en Saint-Aubin-du-Cormier, entre Rennes y Fougères.Esta derrota significa el fin de la independencia bretona.Por el Tratado de Le Verger, firmado cerca de Angers el 20 de Agosto de 1488, François II tiene que aceptar que su hija Ana, heredera del Ducado, tan sólo se case con el consentimiento del rey de Francia.

Duquesa, pues, al morir su padre, Ana de Bretaña se ve obligada a casarse con Carlos VIII en 1491, y luego con su sucesor Luis XII en 1499: desde luego, el Ducado sigue siendo su propiedad personal.

Cuando vuelve Ana a Bretaña, se la recibe triunfalmente; esta duquesa, sencilla y próxima a su pueblo que la ama, muere en 1515, no sin haber exigido que su corazón fuese conservado en Nantes.En 1506, su hija Claudia se casa, muy a pesar suyo, con François de Angoulème, futuro Francisco I.Reino y Ducado resultaban así irrevocablemente unidos.Para "tratar con miramiento" a los barones bretones, Francisco I acepta firmar un Tratado de Unión Perpetua (1532) que garantiza las libertades y los privilegios de Bretaña dentro del reino.Oficialmente, este Tratado de Unión consagra la unión de dos Estados independientes; en la práctica, confirma la sumisión de Bretaña: Bretaña desaparece como Estado independiente, Francia iba, pues, a organizar su lenta asimilación al reino.

De hecho, a continuación, el absolutismo real y luego el celo jacobino no pararán hasta recortar las libertades bretonas, a pesar de ser juridicamente protegidas por el Tratado de Unión.Así, en 1675, Luis XIV impone, en contra de la voluntad de los bretones, un impuesto sobre el papel timbrado.Dicha ínicua medida desencadena revueltas campesinas por toda Bretaña.Esta revuelta de los "Gorros Rojos" será duramente castigada: aldeas saqueadas, campesinos torturados y ahorcados.A partir de 1684, un intendente permanecerá en Bretaña para doblegar esta provincia "cuyas mentes no se gobiernan como las demás".En 1789, la revolución suprime cualquier forma de existencia administrativa de Bretaña, en adelante dividida en cinco provincias.Para ciertos bretones, la preservación de sus costumbres pasa por su apoyo al rey, percibido como garante de sus libertades frente al centralismo jacobino: así nació la "chuanería bretona", acaudillada por Cadoudal.Durante el siglo 19, Bretaña queda apartada del desarrollo económico y la tercera república se empeña en humiliar el sentimiento nacional bretón (como, por ejemplo, en el escandaloso affaire de Conlie durante la guerra franco-prusiana de 1870-71) y en suprimir la lengua bretona.En 1941, el gobierno fascista y colaboracionista de Vichy amputa a Bretaña del País Nantés.

Sin embargo, en el siglo 20, cultura y particularismo bretones siguen muy vivos.En 1932, el monumento simbolizando la unión de Bretaña y Francia es volado en Rennes por la organización clandestina "Gwenn ha du"**.En 1981, el nuevo poder socialista en Francia da un paso a favor del reconocimiento de la lengua bretona, aún insuficiente para el Movimiento Bretón, que pide más autonomía, incluso la soberanía, para un país antaño independiente y próspero.

 

*Cuya descendiente se casaría con Guzmán el Bueno, haciendo así que la actual Duquesa de Medina Sidonia sea la última descendiente de los Reyes de Bretaña: por eso, el armiño flota en las torres de su castillo de Sanlúcar de Barrameda (NDT).

** O sea "Blanco y negro", colores de la bandera bretona (NDT)

Traducción: Claudio Pondard André.